“Debemos repensar la prestación de atención médica y construir sistemas de salud resilientes que sean más equitativos y en transición hacia cero emisiones netas; ninguna empresa, gobierno u organización puede hacerlo sola; debemos trabajar juntos a un ritmo y a escala”, en palabras del consejero delegado de AstraZeneca, Pascal Soriot.
Un ejemplo en España: AstraZeneca tiene previsto alcanzar la plantación de 50.000 árboles para mitigar el cambio climático. Los propios empleados de la compañía toman conciencia con jornadas de voluntariado en las que plantan tantos ejemplares como artículos científicos han publicado, para promover la compensación de CO2.
La Administración sanitaria española también da pasos en ese compromiso de generar menos contaminación. La ministra Mónica García ha hablado en varias ocasiones del objetivo de que el SNS tenga emisiones cero como mínimo en 2050, impulsando un nuevo marco normativo: el Plan Global de Sostenibilidad y la misión de la descarbonización. En este contexto, la Comisión de Sanidad en el Congreso de los Diputados aprobaba en mayo, por unanimidad, la proposición no de ley (PNL) sobre la recomendación del uso de los inhaladores de polvo seco y niebla fina, siempre y cuando sea clínicamente posible.