La investigación documental ha pasado de pantalla. La Inteligencia Artificial (IA) permite hacer búsquedas mucho más amplias que los tradicionales gestores de referencias bibliográficas al instante. Es posible encontrar conexiones relevantes entre publicaciones, autores, e incluso analizar el impacto de los artículos. Si los ratones de biblioteca se extinguieron al llegar internet, la IA enciende un potente faro que ilumina a los investigadores en su travesía por el saber.
¿Cómo funcionan?
Research Rabbit es una de las herramientas de IA más celebradas por los investigadores. Desde el sitio web el usuario introduce una publicación concreta (por título, DOI o autor) y la aplicación relaciona los papers similares sobre el tema, buscando entre cerca de 300 millones de artículos científicos.
Además del listado, muestra las conexiones entre los trabajos, las referencias y la red de citaciones, para entender el impacto de las investigaciones. Se pueden abrir artículos relevantes y seguir el proceso en diferentes direcciones (más artículos del mismo autor, del mismo tema…) o afinar la búsqueda a los intereses del usuario. La aplicación es gratuita, y recopila información de registro y uso.
Connected papers también ayuda a encontrar artículos relevantes para la investigación. El algoritmo busca, selecciona y crea un gráfico que agrupa visualmente publicaciones similares y las ordena atendiendo a la similitud con el trabajo original. Ofrece gratuitamente unos gráficos de prueba, y después pasa a ser de pago.
Dos herramientas más en este campo potenciadas por la IA. El conocido ChatGPT tiene numerosas aplicaciones útiles para la investigación, como describe el manual de Daniel Torres-Salinas y Wenceslao Arroyo Machado. Humata es un chatbot de trabajo con textos. El usuario carga un pdf (en la versión gratuita de 60 páginas máximo) y empieza a preguntar: busca en el documento, lo resume, extrae datos o “traduce” a lenguaje sencillo textos técnicos.