Alimentación en los pacientes con cáncer

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Actualidad · Artículo · Oncología

 26.03.2024 · AstraZeneca · 3 min

Imagen de dieta saludable

Mantener una dieta saludable es fundamental para disponer de una buena salud. En los pacientes con cáncer se vuelve aún más importante, pero no es fácil seguirla. Los problemas nutricionales son una complicación habitual en los pacientes oncológicos. A los problemas derivados del propio tumor, tanto a nivel general como local (especialmente en los pacientes con tumores del tubo digestivo o de cabeza y cuello) se suman los efectos secundarios de los distintos tratamientos antitumorales como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia que, muchas veces, dificultan o impiden la alimentación oral del paciente y causan distintos tipos de problemas.1,2

 

La anorexia, la disgeusia o la hipogeusia son algunos de los problemas más frecuentes que afrontan los pacientes con cáncer causados por el propio tumor y que obligan a modificaciones en la dieta. En cuanto a los derivados del tratamiento antitumoral destacan las náuseas, los vómitos, la diarrea, la mucositis o la xerostomía. Todos estos efectos adversos conllevan una carga importante de morbimortalidad: aumentan los efectos tóxicos, reducen la calidad de vida y son responsables de un porcentaje, nada desdeñable, de muertes.1,2

 

Tener una buena alimentación es indispensable para afrontar con las mayores garantías posibles los efectos del cáncer y de los tratamientos asociados. Por tanto, es fundamental la valoración nutricional del paciente. La dieta debe ser siempre individualizada, teniendo en cuenta las necesidades y preferencias del enfermo. La alimentación artificial permite, en muchos pacientes, mantener satisfactoriamente el estado nutricional, pero debe intentarse siempre que se pueda la alimentación oral con alimentos naturales.1,2

 

Los principales hospitales, sociedades médicas y grupos de pacientes cuentan con guías que recogen diferentes consejos nutricionales para los pacientes con cáncer. Algunas de las recomendaciones más habituales son:1-4

Dieta de frutas y verduras

Optar por dietas con bastante presencia de vegetales, frutas y legumbres. Mejorar la preparación y la presentación de los platos variando con frecuencia los alimentos y la forma de prepararlos.

Hacer un plan de comidas regular en cantidad y horario, incluso aunque no se tenga apetito. Realizar varias comidas al día y en pequeñas cantidades.

Régimen de comidas

Mantener un peso corporal razonable. Dedicar una hora diaria a hacer ejercicio.

Alimentos blandos y fácilmente masticables

Usar alimentos blandos y fácilmente masticables. Evitar el consumo de alimentos salados, ahumados o grasos, en especial los de origen animal.

Alimentos mínimamente procesados

Elegir alimentos mínimamente procesados. Reducir el consumo de azúcar y alcohol.

Beba suficientes líquidos

Tomar líquidos suficientes, especialmente entre las comidas.

Alimentos con Alto Valor Nutricional

Consumir preferentemente alimentos con alto valor nutricional como batidos caseros elaborados con leche, nata, cacao o frutos secos, legumbres, patatas, pastas, aceite de oliva, nata o mantequilla, flanes, helados y natillas

Para cada una de las alteraciones más comunes del paciente oncológico hay varias recomendaciones. Por ejemplo, es importante extremar el cuidado y la higiene bucal, sobre todo si se producen alteraciones en el gusto y olfato o episodios de mucositis. Para las náuseas provocadas por la quimioterapia es conveniente beber a menudo y en pequeñas cantidades para mantenerse hidratado. Las comidas deben ser frecuentes y en pequeñas cantidades, ya que se toleran mejor. Se deben evitar los periodos de ayuno, abstenerse de alimentos con exceso de grasa o especias, con mucha fibra o flatulentos y consumir los alimentos fríos o a temperatura ambiente ya que se toleran mejor. Es importante evitar comer 1,5-2h antes y después de recibir el tratamiento con quimioterapia. En el caso de la sequedad bucal el consumo de zumo de limón o de naranja, limonadas, sorbetes o helados de limón facilitan la producción de saliva.

 

En resumen, una buena intervención nutricional tendrá siempre efectos beneficiosos para la supervivencia del paciente oncológico logrando una mejor tolerancia a los tratamientos, reduciendo el riesgo de complicaciones asociadas y mejorando su calidad de vida. La intervención nutricional debe ir precedida de una evaluación individual de los requerimientos de cada paciente y acompañarse de un seguimiento personalizado a lo largo de la enfermedad.4

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