Hace años que la Realidad Virtual ha dejado de ser una tecnología asociada al entretenimiento para mostrarnos un horizonte de posibilidades en otros campos. Dejamos atrás el estereotipo del videojugador solitario disparando al aire y lo sustituimos por el de un cirujano que se coloca las gafas VR y los guantes. Ya no nos choca, ¿verdad?
Efectivamente, la inmersión virtual es una herramienta presente dentro del ámbito médico. Tanto en formación sanitaria como en aplicación terapéutica, la VR redefine a futuro la manera de diagnosticar, tratar y enfrentarse a desafíos de salud.
En los últimos años se han extendido las plataformas de simulaciones interactivas en que los profesionales de la salud practican situaciones, desde un parto complejo hasta una emergencia de trauma. Estas herramientas buscan mejorar la toma de decisiones y las habilidades con casos virtuales antes de enfrentarse a pacientes reales.
Concretamente, el entrenamiento de cirugía virtual ayuda a perfeccionar movimientos precisos y reducir riesgos. Algunos ejemplos son los de Touch Surgery y Osso VR.