Detección temprana del cáncer: importancia, desafíos y avances

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Actualidad · Artículo · Oncohematología

 22/04/2024 · AstraZeneca · 3 min

Detección temprana del cáncer

Para casi todos los tumores, las posibilidades de supervivencia aumentan notablemente si la enfermedad se detecta, diagnostica y trata en una etapa temprana. Desafortunadamente muchos tipos de cáncer se detectan en una etapa avanzada, cuando las opciones de tratamiento son limitadas y el pronóstico es malo. Ser capaz de detectar el cáncer de forma temprana puede mejorar sustancialmente la supervivencia, aunque este enfoque conlleva desafíos, incluida la posibilidad de un sobrediagnóstico y un sobretratamiento, lo que puede ser contraproducente en las personas en las que no se ha desarrollado una malignidad manifiesta.1

 

La detección temprana tiene como objetivo identificar el tumor o la lesión pretumoral lo antes posible para que la intervención pueda ser efectiva, mejorando la supervivencia o reduciendo la morbilidad. El diagnóstico precoz del tumor puede tener lugar en varias ventanas temporales a lo largo del proceso de transformación de la célula normal en la cancerígena; estamos hablando de no sólo detectar el cáncer en sí, sino también los cambios precursores. Los cribados en los que se evalúa de manera proactiva a personas asintomáticas son un buen ejemplo de la identificación precoz del tumor. Muchos de los principios en los que se basa el diagnóstico precoz del cáncer son usados en otras etapas del tratamiento oncológico, por ejemplo, para la detección de la enfermedad residual mínima o las recaídas.1

 

Las investigaciones y los avances en la detección temprana del cáncer han logrado grandes beneficios en aquellos tumores en los que ya se ha implantado. Es el caso de los programas de cribado en tumores como el de cuello uterino, mama o colorrectal. En estos tipos tumorales se está consiguiendo que cada vez sean menos los pacientes diagnosticados en fases avanzadas en comparación con aquellos tumores que carecen de estos programas, como los de esófago, páncreas y ovario, en los que el diagnóstico más habitual tiene lugar cuando el tumor ya está bastante avanzado y el pronóstico es muy pobre.2

 

El diagnóstico precoz del cáncer afronta una serie de desafíos que podemos agrupar en cinco categorías:1,3

Primero, comprender la biología del cáncer en sus primeras etapas

En primer lugar, comprender la biología del cáncer en sus primeras etapas: ¿qué debemos buscar? Una vez encontrado ¿cómo podemos saber qué lesiones tempranas progresarán hasta convertirse en una enfermedad agresiva y cuáles darán lugar a una enfermedad indolente?

En segundo lugar, determine el riesgo de desarrollar cáncer.

En segundo lugar, determinar el riesgo. No es nada fácil establecer qué poblaciones o individuos tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer y, por lo tanto, decidir quién debe someterse a una prueba de cribado, cómo interpretar los resultados y qué decisiones tomar en base a ellos.

En tercer lugar, encontrar y validar biomarcadores específicos.

En tercer lugar, encontrar y validar biomarcadores específicos.

En cuarto lugar, desarrollar tecnologías precisas y suficientemente sensibles para detectar los biomarcadores correspondientes a cada tipo de tumor.

En cuarto lugar, desarrollar tecnologías precisas que sean lo suficientemente sensibles para detectar los biomarcadores correspondientes a cada tipo tumoral y lo suficientemente específicas como para evitar falsos positivos o tratamientos excesivos en aquellos tumores más indolentes.

Finalmente, evaluar adecuadamente los resultados de los programas de diagnóstico precoz.

Por último, evaluar adecuadamente los resultados de los programas de diagnóstico precoz demostrando de manera sólida que estos enfoques son realmente efectivos y pueden, en última instancia, salvar vidas.

Además de disponer de herramientas tecnológicas precisas para el diagnóstico precoz hay que abordar otra serie de cuestiones fundamentales como el coste, el acceso y la escala, así como la integración dentro de la infraestructura y la toma de decisiones de los servicios de salud para desembocar en intervenciones tempranas basadas en la evidencia, ya sea para prevenir la progresión o curar el cáncer.1 [MM1] No hay que olvidar, dado que el cáncer es un problema de salud global responsable de casi 10 millones de muertes al año,4 que la detección tardía del cáncer es un problema compartido en todo el mundo que se agrava en entornos de escasos recursos, lo que demuestra que la equidad es un desafío considerable.5

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